lunes, 7 de diciembre de 2009

Go ask Alice...



Caminé sola, descalza, hasta llegar a un claro del bosque donde me esperaban los demás. Yacían en el suelo con sus miradas perdidas, recostados sobre la pradera, mirando las nubes, mirándolas como si no hubiera nada más. Me uní a ellos y le di otra calada a mi cigarro, y contemple los millones de formas que había a mi alrededor, ya no eran personas, si no entes luminosos y vivos que interactuaban unos con otros. Mi olfato percibía matices de inciensos y de otras cosas aún mejores, mis sentidos estaban taponados por las maravillas que la droga hacía en mí.

Esto tan solo fue el comienzo, maravilloso, si…
Tres meses después ya no había ni rastro de aquella joven pelirroja que corría detrás del autobús todas las mañanas, ni siquiera de aquella joven que fumaba tumbada en la moqueta de su habitación.
Los días habían pasado implacables por mi rostro y por mi cuerpo, ahora ya no iba al bosque, vagaba sola por la ciudad, buscando a alguien que me ayudara, y aunque mis pulmones querían gritar que necesitaba ayuda, lo único que sabían hacer era seguir respirando aquel humo toxico.

La vida se me esfumaba entre los dedos, se consumía al igual que lo hacían los cigarros.

Caminaba sola, descalza por la ciudad, mis manos tenían heridas, mi pelo era ahora lacio y feo, yo era un burdo espíritu que vagaba en la soledad de un corazón marchito, un espíritu al que a nadie importaba, un espíritu que ya no se reflejaba en los espejos, ni siquiera en los escaparates…


~Deiikah~